Como buen argentino, el nuevo Papa es futbolero. Reconocido simpatizante de San Lorenzo de Almagro, Jorge Bergoglio, desde ahora Francisco I, es socio del Ciclón de Boedo y, en 2008, ofició la misa del Centenario del club bonaerense, que tiene origen cristiano: fue fundado por un grupo de jóvenes liderados por el sacerdote salesiano Lorenzo Massa.
Nacido en Buenos Aires en 1936, el pontífice creció durante la primera época gloriosa de San Lorenzo. Cuando con un equipo que aún se recuerda en el Nuevo Gasómetro, con Zubieta en la media y De la Mata, Farro, Pontoni, Martino y Silva en la delantera, ganó el título de 1946 antes de emprender una gira europea en la que deslumbró con su revolucionario estilo de juego, todo ataque y pases cortos. En España dejó huella al ganar a un combinado nacional por 5-7 en un amistoso jugado el día de Año Nuevo de 1947. La relación de San Lorenzo con España es estrecha, ya que fue el equipo de muchos de los emigrantes españoles a Argentina. Además, su séptimo goleador histórico es español: Isidro Lángara, que marcó 111 tantos entre 1939 y 1942.
Aquel equipo de los años 40 fue el que sedujo al niño Bergoglio, que muchos años después lo recordó en uno de los actos del centenario del club: "El campeón del 46 era un equipo extraordinario con Farro, Pontoni y Martino". Además, los colores azulgrana le venían de serie en los genes al nuevo Papa, ya que su padre fue jugador del equipo de baloncesto de San Lorenzo.
Las casas de apuestas pagaban 41 a 1 las opciones de Bergoglio de salir elegido en el concilio. Una sorpresa que quizás dé esperanza a los hinchas de San Lorenzo, que no gana el título desde 2003 y deambula por mitad de la tabla, de recuperar parte de la gloria perdida. Diez ligas luce en su palmarés. Desde ahora, diez ligas y un Papa.
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